Aplicación de los GIS a la gestión de infraestructuras complejas de red

Para realizar una óptima gestión de una infraestructura de red, ya sea de distribución eléctrica, abastecimiento o saneamiento de aguas, telecomunicaciones, etc.,  es necesario conocer a fondo toda la información asociada a la misma: conocer los elementos que la componen, su localización, sus características físicas y sus datos asociados.

Tradicionalmente las empresas gestoras de estas redes usaban métodos manuales tanto para el almacenamiento de la información como para la cartografía, describiendo las redes en planos en papel, o en el mejor de los casos, en planos CAD.

Esto desemboca en una gran problemática cuando se afrontan tareas tan comunes como la actualización de planos e información, la consulta espacial de la red y  suministro de información de nuestra red al resto de sistema corporativos, en definitiva, la explotación de los datos: existe un escaso control de la red en general y las consultas son poco efectivas, por lo que información esta poco accesible e infrautilizada.

Para los responsables técnicos de la gestión de la redes, se requerirá un GIS con módulos y características especiales que permitan manejar y gestionar las redes con flexibilidad.

Las principales características que debe disponer un GIS para un departamento técnico de  gestión de redes son:

• Base de Datos. El GIS debe disponer como repositorio una base datos relacionales, para guardar toda la información cartográfica y de red, así como ofrecer la posibilidad de personalizar el modelo de datos con el que se querrá trabajar y facilitar las consultas mediante lenguaje de consultas estándar (SQL). Esa base de datos debe permitir indexación espacial para garantizar los rendimientos.
• Continuidad espacial. El territorio que gestiona debe ser tratado de forma continua, sin cortes ni definiciones previas de rectángulos cartográficos básicos.
• Capacidad de importar y exportar. Ha de ser capaz de intercambiar datos con otros GIS o CAD de forma sencilla y configurable.
• Integración raster-vectorial. El GIS ha de poder manejar información puntual, lineal y superficial, al tiempo que información raster, lo que permitirá integrar fotografías como fondos cartográficos. También debe soportar la gestión de Modelos Digitales del Terreno (MDT) o TIN (Triangular Irregular Networks).
• Concurrencia: debe permitir y facilitar el trabajo concurrente de diferentes técnicos sobre a red sin bloqueos en las tareas de actualización de red, a ser posible mediante mecanismos de transacciones largas.
• Gestión de versiones: en la gestión diaria de las redes se realizan cambios en la red inventariada en el GIS, que pueden formar o no finalmente de la red real: Estos cambios son realizados para simular el funcionamiento de la o bien porque queramos realizar diferentes versiones de un mimo proyecto, evaluarlos y seleccionar el diseño idóneo. EL GIS deberá suministrar un sistema de gestión de alternativa o versiones.
• Programable. Debe permitir la implementación de aplicaciones complejas sobre la base de datos cartográfica.
• Gestión de redes. El GIS tendrá que facilitar especialmente las modificaciones de la red, así como disponer de un motor de topología de red que permita construir y recorrer de forma inteligente nuestra red.  Esto nos permitirá implementar funcionalidad de análisis de red como la de polígono de corte, cuenca calculada, perfil longitudinal, en el caso de aguas, o de clientes afectados por corte en distribución eléctrica.
• Escalable: debe permitir distintas arquitecturas para adaptarse a las necesidades de cada cliente, así como permitir arquitecturas distribuidas de acceso a los datos mediante diferentes mecanismos (cliente-servidor, web, terminales móviles ….)
• Interoperable: debe disponer de mecanismos de integración para intercambiar información con el resto de sistemas corporativos (Sistemas Comerciales, Gestión Documental, Gestión de Incidencias…) .